La enseñanza en el siglo XXI versus el aprendizaje en el siglo XXI
Honduras
“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.
Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”.
Terencio (195 AC-159 AC) Autor cómico latino. Las masas humanas más peligrosas
son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo.... del miedo al cambio. El cambio es una de las características principales de la vida, de las personas. El cambio es un concepto esencial para
explicar la evolución de todo lo que, con el paso del tiempo, se transforma:
personas, sistemas, situaciones, etc. En el mundo todo cambia. La vida es un proceso de cambio continuo que
amerita le prestemos mucha atención. Es
por eso que quiero comenzar haciendo la siguiente pregunta: Si todo cambia ¿Por qué no ha cambiado la
forma de enseñar? ¿Por qué los docentes seguimos aferrados a la forma de
enseñar del siglo pasado?
Nuestros abuelos nos recuerdan y mencionan
periódicamente la forma en como ellos aprendían, lo que hacían los padres
cuando los hijos no rendían en la escuela y lo riguroso que era la educación en
aquellos tiempos; a lo que nuestra respuesta es siempre: “Estos son otros tiempos, ya las cosas no son iguales”. No se puede negar que la educación que
recibían nuestros abuelos era buena. Número
uno, porque los maestros tenían un alto grado de vocación para enseñar. Número dos, porque los tiempos eran diferentes
ya que los padres de familia tenían más control sobre sus hijos y número tres, porque
los intereses de antes no eran los mismos de ahora. Todos añoramos esos
tiempos, pero cuando nos acordamos de las cosas buenas que nos han traído los
avances tecnológicos del siglo XXI, de una manera u otra nos sentimos
agradecidos de vivir en este siglo ya que con un Clic solucionamos muchas cosas, desde una transacción bancaria
hasta la obtención de un título universitario.
Entonces, si el Siglo XXI es tan
interesante ¿Por qué los docentes seguimos aferrados a la forma de enseñar del
siglo pasado? Los educandos de este
siglo tienen otros intereses, otras prioridades, otras necesidades. Por qué entonces no darles lo que ellos
quieren. Siempre hablamos de brindar aprendizajes significativos, pertinentes y
relevantes; pero ¿Los docentes sabemos realmente cuáles son? O ¿No lo sabemos?
Yo diría que simplemente no lo sabemos porque seguimos tratando de enseñarle al
educando y esa moda de ENSEÑAR ya no se usa. Ahora se habla de FACILITAR EL
APRENDIZAJE porque en la actualidad los educandos saben más que los docentes
solo por el simple hecho de haber nacido en la era de la tecnología. Los educandos se aburren cuando los docentes nos
adueñamos de la clase y nos llevamos los 45 minutos hablando, tratando de
impresionarlos con palabras sofisticadas que al final ni nosotros mismos
entendemos. Nos aferramos a libros de
textos viejos y obsoletos que no contienen en lo más mínimo esos contenidos
significativos, pertinentes y relevantes de los que tanto hablamos.
Es importante que sepamos definir
claramente lo que son contenidos significativos, pertinentes y relevantes. Los
contenidos o aprendizajes significativos son aquellos donde el educando
convierte las experiencias previas del diario vivir en nuevos saberes y que
sabe claramente qué está aprendiendo y para qué le va a servir en la vida. Los contenidos o aprendizaje pertinentes son
los que parten del entorno educativo y se desarrollan en el momento adecuado,
aquellos que le son útiles en el diario vivir del educando. Los
contenidos o aprendizajes relevantes son los que se adecuan al contexto
educativo donde los educandos se desenvuelven, aquellos que los educandos
consideran que si son importantes e interesantes conocerlos.
Esto nos lleva a reflexionar y a pensar
más creativamente y dejar a un lado los textos en donde se estudia otro
contexto, hechos en otros lugares que no reflejan nada de la realidad social
del educando. Es necesario partir de lo
que los educandos conocen para facilitarles el aprendizaje. Facilitar el aprendizaje significa que los
docentes ya no debemos estar solo hablando enfrente, son los educandos los que
deben estar hablando enfrente y los docentes escuchándolos y compartiendo el
aprendizaje; porque ahora el aprendizaje es de doble vía, ya que se dan en
forma horizontal y no vertical como en el siglo pasado. Es lamentable llegar a
un salón de clases y ver los educandos alineados uno tras otro. Esto refleja de
entrada que el docente es tradicionalista que no quiere cambiar, que quiere
seguir aferrado al siglo pasado, simplemente porque cambiar requiere esforzarse
un poco y así poder salir de la Parálisis Paradigmática en la que se encuentra.
El Cambio de actitud es la fórmula mágica
para obtener resultados positivos. No
son los títulos universitarios con los que vamos a lograr aprendizajes de
calidad en los educandos. Debemos tener bien claro que para lograr aprendizajes
de calidad debemos desarrollar enseñanza de calidad y esto implica dejar atrás
el siglo pasado y ponernos a tono con las exigencias de los educandos del Siglo
XXI. Aprovechemos el dominio tecnológico
que los educandos tienen, démosles la oportunidad de que exploren y propongan
estrategias de aprendizaje de manera creativa. Démosles el protagonismo del que
habla la Ley Fundamental de Educación y del cual hablamos todos los días y
disfrutemos de las innovaciones que ellos nos compartan. Brindémosles la oportunidad de que ellos nos
enseñen. No seamos egoístas y dejemos de pensar y acomodar las cosas a nuestra
conveniencia. Todo lo que hagamos,
hagámoslo por y para los educandos. Así
es como se refleja la verdadera vocación de un docente.
Otro hecho importante que debemos
reconocer es que la educación fue pensada para dar respuesta a los intereses y
necesidades del siglo pasado. Como
agentes de cambios debemos repensar en una nueva educación. Una educación en la que se reflexione y se
busque soluciones a los problemas de la actualidad como ser: la pérdida de
valores, la destrucción del planeta, la desigualdad social, la ambición, las
ansias de poder, etc. Como mencionaba anteriormente, los intereses de los
educandos del Siglo XXI están enfocados en los avances tecnológicos y como
sistema educativo debemos reconocer que no estamos preparados para eso. Por ejemplo: una de las Áreas Curriculares del
Currículo Nacional Básico en el Tercer Ciclo de Educación Básica es Tecnología. Los docentes aún no hemos comprendido en qué
consiste. Pensamos que tecnología es
informática y eso no es verdad. Sin
embargo, hacemos lo posible por impartirla, aunque no sea la temática
pertinente al área de conocimiento.
También está como Campo de Conocimiento Inglés para II y III Ciclo de
Educación Básica y los docentes no sabemos nada de inglés, sin embargo, estamos
obligados a impartirla.
El inglés y la tecnología son dos ejes
fundamentales para que los educandos puedan competir en un mundo globalizado.
Además de eso, es los indicadores No. 16
y 17 del Plan Estratégico Institucional de nuestro Sistema Educativo “Tasa de centros educativos en los niveles de
educación Pre-Básica y Básica tienen incorporado el programa de enseñanza del
idioma inglés como primera lengua extranjera”, “Tasa de centros educativos de los niveles de educación Pre Básica,
Básica y Media tienen incorporada las NTIC como herramienta de aprendizaje”. Esto nos debería llevar a la reflexión para
que busquemos la manera de capacitarnos y aprender para enseñar porque lo único
que estamos es engañando a los educandos.
No esperemos que el Gobierno nos resuelva ese problemita. Busquemos
soluciones porque esto en primer lugar nos beneficiará a nosotros mismos y de
esta manera ayudará a mejorar nuestra vida profesional. Debemos reconocer que tenemos muchas
debilidades, que no tenemos las competencias y las habilidades para
desarrollarlas en los educandos. Y dicen por ahí: “Nadie puede dar lo que no tiene”
Sinceramente los docentes hondureños no
tenemos desarrollada la capacidad de comprender, analizar y reflexionar entre
otras competencias básicas y esto quedó demostrado en el examen de Concurso
2017 llevado a cabo en los 18 departamentos del país. De 16,530 docentes inscritos en diferentes Áreas
y Niveles Educativos únicamente aprobó aproximadamente un 2% en el examen de
Aptitudes y Conocimiento y un 1% en la Ponderación de Méritos. No hubo méritos que se pudieran
ponderar. Las Carpetas Profesionales
carecían de diplomas, constancias y reconocimientos que avalaran la trayectoria
académica y profesional de los docentes.
Ni los docentes nuevos, ni los docentes con experiencia tienen méritos
profesionales. ¿Qué nos está pasando? ¿Por
qué los docentes hondureños no tenemos el hábito de autoformarnos? ¿Por qué somos tan conformistas y creemos que
con haber obtenido un título universitario a nivel de licenciatura ya los hemos
logrado todo? Estas son preguntas retóricas que las hago a manera de reflexión.
Con los avances tecnológicos no tenemos
excusas para no prepararnos. Siempre hay
alternativas para buscar la calidad y cambiemos la forma de ver las cosas. Cuando se quiere y se tiene la voluntad se
pueden lograr muchas cosas. Todo está en
el querer porque si se quiere, se puede.
Contribuyamos todos a mejorar la calidad educativa. Empecemos por
mejorar la nuestra y formemos alianzas para que juntos le brindemos a los
educandos del Siglo XXI la educación que ellos quieren y no la que nosotros
queremos porque esa es la que podemos brindar.
Estamos en la era de la tecnología, no frustremos a los educandos brindándoles
la educación que nosotros recibimos porque no van a entender nunca lo que
estamos queriendo enseñarles. No los
critiquemos, ni los tratemos como retrasados mentales porque en todo caso los
retrasados somos nosotros, por muchos reforzamientos o recuperaciones que les
brindemos, no nos van a entender si les hablamos con lenguaje de otra era.